jueves, 27 de agosto de 2015

¿Cuánto conocés a tu niño interior?


Me  llegó este video por distintas vías y me  pareció espectacular. Entonces, Te propongo un juego. 
Tomate unos minutos y miralo.
Cuando termines de verlo contestá el siguiente cuestionario:
1)  ¿qué te despierta? 
2) ¿Qué te genera? 
3) ¿Alguna situación te resultó familiar? 
4) ¿ Te identificás con alguno de los adultos?
5) ¿Qué te parece lo que sucede al final?
6) ¿Qué estás esperando entonces para volver a jugar?

Que lo disfrutes!
Lic. Carolina Sujoy
Comunidad Mamá Hamaca






martes, 18 de agosto de 2015

Re - lactancia como ese espacio de recuperación de la lactancia...

"Nació prematuro" 
"No tenés suficiente leche"
"Esto con una mamadera se soluciona rápidamente"
"tu leche no lo satisface" 
"Se queda con hambre" 
"no puede ser que no duerma de corrido toda la noche, dale una mamaderita y vas a ver"
"¿Va a tomar teta hasta la colimba?"
"¿Qué edad tiene? ¿Todavía toma teta?"
"¿Lactancia hasta qué edad? Noooo, estás loc@!"
"¿Tu bebé no toma Gaseosa ni leche chocolatada?"


¿Cuántas veces escuchaste alguna frase de estas? 

Pareciera ser que está institucionalizado y naturalizado el  hecho de que los bebés anden por la vida con una mema cargadita de alguna gaseosa cola pero si se trepan de la teta de  mamá y ya pueden caminar, tienen dientes y además comen.... todos desenfundan el dedito acusador, listos para señalar y acompañar todo tipo de opiniones de las más variadas, con tono de juicio y de verdad absoluta.

Señoras y señores de dedito acusador, les tengo malas noticias... 

la única verdad en lo que a la lactancia se refiere, la tiene cada mamá con su bebé y diría más... cada mamá con cada uno de los bebés que tiene, con el acuerdo y aval de su pareja (si es que la hay).

Según la OMS "La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su familia y del sistema de atención de salud"

Me detengo aquí.

Buena Información
Apoyo de la familia y del sistema de atención

El 90% de las personas que consultan cuentan con información insuficiente o se atienden con profesionales de la salud, que cuentan con información insuficiente  y esa falta de información, lamentablemente lleva a que las opiniones de los demás, carentes de cualquier  evidencia científica y real, concreta y tangible, rellenen las lagunas y vacíos  y lleven a tambalear el apoyo de la familia pero especialmente el espacio de lactancia de muchas mamás con sus bebés. 

Vamos con otro dato...

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros  seis meses de vida, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.

¿Por qué será que nuestro entorno a veces hace oídos sordos a esto no? 

El otro día una consultante me decía entre lágrimas que hubiera deseado darle la teta a su bebé que ahora tiene 6 meses y que nació prematuro. Desde entonces estamos trabajando conjuntamente la puericultora, ella y yo para que esto sea posible.
Porque sí, es posible relactar. Y si es posible relactar, también es posible lactar en un primer momento. 
Siempre que exista el deseo y que los factores estresantes del entorno lo permitan.

Para que la lactancia materna sea posible hacen falta que se den algunas cuestiones pero fundamentalmente, que estemos rodeados de un entorno cuidado, respetuoso, de profesionales idóneos, respetuosos que nos alienten y motiven a lograr este cometido más allá de los prejuicios y combatiendo las barreras de la desinformación.

En el caso de esta consultante, trabajamos sobre su deseo, sobre su conexión piel con piel con este bebé, sobre la nutrición amorosa más allá del alimento y empezamos a trabajar la inducción.

¿Qué es la inducción?  es un proceso por el cual se estimula a una mamá para que empiece a producir leche ya sea para un bebé adoptado, para una maternidad subrogada, en una pareja de madres o porque por alguna razón médica no se pudo continuar con la lactancia materna en un momento determinado pero se desea retomarlo.

Muchas de estas experiencias son poco conocidas y están en vías de desarrollo sin embargo, cada vez hay más mujeres que se animan a ir por su lactancia o la recuperación de la misma. Adjuntamos un video de que es posible, pero es necesario sí o sí la interconsulta con profesionales serios que puedan sostener y acompañar, asistir y pendular conjuntamente con las madres que buscan lograr y/ o retomar la lactancia. 

Para que la lactancia materna y en aquellos casos necesarios, la inducción prospere son necesarias una serie de condiciones básicas:

  • Que la madre tenga un fuerte deseo de amamantar al niño.
  • Que tenga confianza en sí misma, en su capacidad de producir leche.
  • Que tenga acceso a información y conozca el funcionamiento del proceso.
  • Que no existan patologías de la madre que puedan afectar a la capacidad de producir leche.
  • Que la estimulación del pecho y el pezón sea correcta.
  • Que la madre disponga de un buen sistema de apoyo, que la ayude y refuerce su confianza.
E insistimos con un tema... la duración de cada lactancia con cada hijo, dependerá de lo que esa mamá y ese bebé decidan, no de lo que señale el entorno como norma... porque a esa norma, le pasó como a seguro... que se lo llevaron preso.
Lic. Carolina Sujoy
Psicóloga Perinatal
Coordinadora Comunidad Mamá Hamaca




http://www.who.int/topics/breastfeeding/es/
http://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-2-como-superar-dificultades/como-relactar-o-inducir-una-lactancia/

jueves, 23 de julio de 2015

¿Criar rodeado de Profesionales respetuosos o no?

A simple vista quizás resulte dificil precisar cuál es la diferencia que existe entre criar a nuestros hijos rodeado de profesionales respetuosos respecto de aquellos que no lo son.
Sin embargo, consultando a muchas parejas de padres que han venido a nuestras comunidades, grupos y espacios, aparece como preocupante la travesía que han realizado hasta llegar a dar con tal o cual pediatra, tal o cual psicólogo, tal o cual médico.
Pareciera que se ha perdido la figura del médico clínico, pediatra o de familia, centralizador de las problemáticas, dudas y cuestiones de cada familia y derivador a profesionales de su confianza. Escribo pareciera, porque si uno busca bien, encuentra... pero hay que animarse a buscar, recorrer, darse cuenta lo que sí o lo que no es adecuado, cuestionarlo y volver a empezar. Y es cierto que en épocas como la actual donde la moneda corriente es la inmediatez, esto puede dejarse de lado. 
Hay mucha intervención innecesaria dando vueltas y quizás por falta de información, conocimiento, miedos o prejuicios, uno deja que esas intervenciones se sucedan como si fueran naturales cuando no lo son ,y ello afecta a los verdaderos procesos naturales de la vida, de cada cuerpo, de cada uno.
No es necesario que uno esté 100% de acuerdo con lo que cada profesional que consulta, predica. Sin embargo lo que es fundamental y realmente importante es la mirada de ese profesional sobre lo que uno está llevando a consulta. La lectura que ese profesional hace de lo que le estamos planteando,  y el plan de acción que posteriormente propone (o calla pero activa a su modo, si es un psicólogo) para que ello mejore, deje de doler y permita el libre discurrir del consultante.
Es necesario que esa mirada esté libre de prejuicios.
Caso contrario, la  lactancia natural, la artificial, el colecho, el manejo de los berrinches, la educación resultan ser esos temas que transforman cada encuentro (mejor dicho desencuentro) en un programa televisivo de debates entre todos los que intervienen. Arranca en  la pareja parental en sí y luego cada uno de ellos con los de afuera. Porque hay algo clarísimo: ante la m/paternidad,  el contexto, los pares, la familia, todos los demás se transforman en expertos en la crianza que nosotros elegimos y sin ningún tapujo indican con el dedito índice lo que está bien de lo que no lo está. 
Es así como  aparece un amigo soltero que indica cómo se maneja con sus sobrinos, o la puericultora que amenaza con el "no te sale leche, le damos complemento", o  el pediatra pro lactancia que hace connivencia con la madre o el que desteta al mes 2 e introduce fórmula y genera camarilla con el padre que cree que de algún modo vuelve a recuperar "sus tetas" (aclaro las comillas porque las tetas son de la madre y es necesario que haga todo un proceso personal para reubicarlas en un plano erótico). Llega a nuestra vida el "vacunador oficial de la selección" transformando a nuestro hijo en un colador de pastas o aquel que no vacuna para nada. Banderas cuasi políticas de "si al colecho" versus aquellos que desenfrenadamente se esfuerzan por depositarlo en la cuna diciendo "Tiene que aprender a dormir solo". 
También está aquel al que no le importa nada, pero estamos hablando de crianza respetuosa y búsqueda de profesionales respetuosos y  para respetar, es necesaria la consideración, la empatía así que por hoy dejaremos afuera a los que no les importa nada. 
Entonces, respecto de todos esos temas la postura es ni si, ni no, ni blanco ni negro.
Del equilibrio, nadie habla.
De un lugar intermedio, nadie habla.
Y volvemos a la búsqueda del péndulo, del pendular de la m/paternidad que siempre tratamos de transmitir desde nuestro Equipo.
Del caso por caso, de que en esto no hay máximas colectivas ni manual de instrucciones que uno pueda googlear en cinco minutos para aprender cómo funciona.
Volvemos entonces al equilibrio, al péndulo.
Pendular es el movimiento de oscilación que una cosa hace de un lado para otro. Es fundalmentalmente MOVIMIENTO entonces para poder pendular y buscar el equilibrio en la crianza respetuosa, la lactancia, el sueño infantil, la educación, los profesionales es necesario MOVERSE, recorrer, buscar, cuestionarse, disentir y seguir buscando hasta encontrar. Porque hay profesionales empáticos, respetuosos y muy cuidadosos. 

Hace unas semanas una paciente llegó indignada porque había tenido una consulta con la 5ta. pediatra para su hija de casi 2 años. La señora que la atendió, una persona bastante mayor con movilidad reducida, tenía un consultorio antiquísimo, con juegos que datarían del 1900 y luego de tenerla una hora en consulta, le comentó que los próximos pasos a seguir eran dos encuentros de una hora cada uno con su hija, para observarla durante una hora de juego. Ingenuamente le pregunté "esa pediatra es psicóloga infantil? Consultaste por algo que notás en tu hija que te parece inadecuado?" Ante ambas preguntas me contestó que no. Le pregunté cómo se había sentido y la palabra que no apareció nunca fue "respetada". Esta profesional dio indicaciones sobre lactancia, sobre crianza, colecho. NO A LUGAR.

Otros se presentan angustiados porque frente a situaciones de estrés o tensión, sus médicos desaparecen, no contestan. NO A LUGAR, menos aún con padres primerizos.

Hay infinidad de ejemplos de este estilo, también los hay de violencia obstétrica, de destratos en general porque no pueden ni calificarse de malos tratos.

Pero también hay ejemplos de los otros. Hay profesionales contenedores, tranquilos, que sostienen, explican y construyen lazos a largo plazo con padres, niños y  familias y desde ese lugar respetan la decisión de cada familia, aconsejan si ese es su rol o acompañan bailando la danza de la crianza y pendulando en la búsqueda con ellos.

No hay manual de instrucciones, pero lo que sí hay es manual de intenciones y es ahí donde se diferencia estar acompañado por profesionales respetuosos respecto de los que no lo son.

A buscar, a pendular y a encontrar cada zapatero para su zapato y así acompañar a nuestros hijos potenciando lo mejor de ellos.


Lic. Carolina Sujoy
Psicóloga Perinatal - Psicoanalista
Coordinadora Comunidad Mamá Hamaca

martes, 21 de julio de 2015

El misterio oculto detrás de las pantallas


Desde hace algunas semanas, me interrogo respecto del lugar que estamos eligiendo diariamente que ocupen las pantallas en nuestras vidas.
Pareciera ser que necesitamos de ellas pero a la vez hay  tantas, de tantas formas, tan variadas,  que marean,  porque además irradian un magnetismo invisible que atrapa y a la vez aleja.
Atrapan, captan, fascinan
Atraen, encantan... y porqué no... obnubilan.
Entonces pareciera repetirse al infinito un ritual donde se toma el dispositivo, se lo mira por un largo rato, luego se lo deja a un costado y a los cinco minutos cualquier excusa es válida para volver a mirarlo. Y luego otra vez, y otra vez más.
Como si fuera un espejo... pero ¿qué espeja?
Pareciera no importar con quién estamos, ni lo que estamos haciendo. Profesores dando un curso, padres en el supermercado con sus hijos, cuidadores cruzando la calle con niños o ancianos.
Cada vez hay más aplicaciones, más funcionalidades, más comodidades y prestaciones para que uno se dedique todo el día a explorar su pantalla y a la vez haga el mínimo esfuerzo posible por interactuar fuera de ella.
No hace falta ir a la hemeroteca para buscar una nota, ni a la biblioteca para chequear información antiquísima. Tampoco hace falta moverse de casa para estudiar una especialización Internacional.
Estas facilidades enamoran y atrapan.
 ¿Cuántas veces mirás una pantalla por día?
¿Muchas no?
Entonces ahí es donde ese magnetismo deja de enamorar y aleja.
Aleja de uno, de los demás y de alguna manera pareciera construir muros imaginarios cada vez más altos, transformándose en una torre de babel donde los diálogos se esfuman y cada interlocutor se maneja con lenguaje que por momentos parece un balbuceo. Los tiempos de respuesta aún cuando emisor y receptor se encuentren en un mismo lugar, son lentos porque cada uno mira su pantalla y no aparece la pantalla compartida.
O sí, y por lo general es la de alguno de los dos que le muestra al otro alguna imagen (foto, video) de su dispositivo.
En una parada de autobús, en un restaurant donde hay una familia sentada,  al menos dos integrantes (no necesariamente adolescentes) están observando sus pantallas.  En discusiones de pareja, de repente uno  toma su celular y la discusión termina, pero también finaliza allí cualquier posibilidad de continuidad de diálogo y esa situación queda vagando en un límite difuso entre lo real y lo virtual.
Viajes, eventos especiales, nacimientos, todo debe quedar grabado rápidamente en video, retratado en una foto para luego ser mostrado a alguien.
¿Y el disfrute? ¿Y cómo es esa vivencia del aquí y ahora? ¿Qué impacto tiene?
Estamos siendo testigos de un cambio de paradigma, un choque de placas tectónicas que como tal, genera un movimiento muy grande, dificil de medir incluso su impacto en lo inmediato. Claro está que la forma de relacionarse está cambiando pero es importante estar atentos a no desbalancear favoreciendo las posiciones extremas.
Hace algunos años nada más, estas mismas situaciones eran diferentes, convocantes.
Cuando un familiar volvía de un viaje, todos los demás acudían a darle la bienvenida para escuchar sus relatos y sus aventuras y desventuras.
Cada situación tenía su tiempo.
Las fotos se llevaban a revelar a una casa especializada, tardaban unos días y la intriga que se generaba en este proceso,  aún le debe seguir dando cosquillas en el estómago a más de uno.
Cada situación tenía su proceso y cada proceso implicaba tiempos.
Tiempos que hoy se tornaron en inmediatos y con ello las relaciones.
Ahí es donde es necesario buscar el equilibrio, pendular.
Comprender quizás que estas pantallas son maravillosas si son utilizadas equilibradamente y en su justa medida.
Si se las considera como instrumentos y se está atento a que no se transformen en  dispositivos que nos ocultan, nos hacen sombra, nos tapan, nos alejan.
Es notorio como ésta, es una temática que preocupa no sólo por el uso que le damos los adultos sino por lo que sucede con los niños también.
Ayer leía una nota del Diario La Nación que hablaba sobre las adicciones que están generando las pantallas en los niños, la falta de reglas por parte de los adultos y cómo el uso excesivo de pantallas en niños muy pequeños puede afectar su modalidad de relación con el mundo. Hay que tener presentes que cuando un niño observa una pantalla, eso que observa es él interactuando con una pantalla, y el  diálogo (si lo hay) es interno. En el mundo real, se observa interactuando con otros, aprendiendo de otros, compartiendo o no con otros. El diálogo (si lo hay) es con otros.
Ahora bien... qué pasa cuando un bebé/niño pequeño que observa inocentemente el mundo comienza a  interactuar y  sus primeros otros sólo observan pantallas, le muestran pantallas y le juegan con pantallas?
¿Qué es lo que va a intentar hacer?
¿Cómo desarrollará su inteligencia emocional, social, su creatividad? ¿Será igual si se lo estimula con masa o pinturas caseras que si se lo hace con un juego que bajamos de la tienda de uno de los dispositivos móviles?
Ahí nuevamente resulta necesario recordar que la m/paternidad se nos aparece como  un arte del columpio, del balanceo, del pendular, como la búsqueda constante de aquello que mejor potencie las cualidades de nuestros hijos.
Como la posibilidad de hamacarse en la vida junto con ellos, conectando, interactuando, descubriendo, recuperando (y porqué no, desempolvando) la capacidad de asombro pero por sobre todo,  re - aprendiendo de que siempre se puede empezar a reglar un juego, en este caso el juego de pantallas que por no tener demasiadas reglas, aleja, hipnotiza y desbalancea.
Reglar para balancear y tomar esas reglas como las Flores de Narciso que a modo de recordatorio nos permitan "entrar y salir" de las escenas que involucran pantallas, sin quedarnos absortos, adheridos y a la vez alejados de todo aquél que nos rodea.

"Cuenta el mito que entre las jóvenes heridas por el amor de Narciso  estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Por tanto, era incapaz de hablarle a Narciso por su amor, pero un día, cuando él estaba caminando sólo  por el bosque,  preguntó «¿Hay alguien aquí?» y Eco respondió: «Aquí, aquí». Repitiéndose hasta el infinito. Para Narciso resultaba imposible divisarla entre los árboles y gritaba "Ven" y allí, ella después de responder: «Ven», salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Sin embargo,  Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz. Para castigar a Narciso por su engreimiento, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso."

Lic. Carolina Sujoy

Psicóloga Perinatal - Psicoanalista
Coordinadora de Comunidad Mamá Hamaca







Bibliografía
http://www.lanacion.com.ar/1811262-los-efectos-negativos-de-las-pantallas-en-ninos-y-adolescentes
http://redsalud.uc.cl/ucchristus/MS/RevistaSaludUC/GuiaPediatrica/ninos_frente_a_la_pantalla.act
http://www.upsocl.com/comunidad/esta-potente-campana-muestra-lo-que-tu-hijo-ve-cuando-eres-adicto-al-celular/
https://es.wikipedia.org/wiki/Narciso_(mitolog%C3%ADa)